La confianza da asco.

La confianza es algo muy frágil, es algo difícil de conseguir pero fácil de perder. Cuando la consigues lo tienes todo, no necesitas más. Con ella puedes contar cualquier cosa sin ningún problema, llorar, reír, bailar, cantar, decir todo lo que se te pase por la cabeza. También tienes que oír cosas que no te gustaría, la realidad, lo bueno y lo malo, todo. Por una tontería, por una pequeña cosa, por lo que menos te abrías imaginado nunca la puedes perder. Sin ella, sinceramente, no te queda nada. No tienes quien te escuche, a quien llorarle, con quien reír, nadie que te apoye, nadie que sepa si mientes o si dices la verdad. Una vez perdida nunca la vas a recuperar, puede que si, pero nada sera como antes.